Un día preguntaron a Denis Diderot (1713-1784) acerca de lo que pensaba sobre la Justicia y los Tribunales, y como respuesta explicó:
Un pobre hombre, amigo mío, había estado citado a la vez ante la justicia por su esposa -que quería divorciarse porque sostenía que era impotente- y por su amante -que quería que reconociese como suyo un hijo que ella afirmaba haber tenido con él-.
"Menos mal -decía el desgraciado-, al menos ganaré uno de los dos pleitos porque, si soy impotente, no puedo haber hecho un hijo a mi amante, y si debo reconocer como mío ese hijo quiere decir que no soy impotente."
Pues bien, amigos míos, perdió las dos causas porque fueron juzgadas una inmediatamente después de la otra y por dos tribunales distintos. Así es amigos, por desgracia, con la Justicia y los Tribunales, nunca se sabe.