Todos los ordenadores convencionales del mundo, juntos, podrían almacenar unos 295 exabytes comprimidos de forma óptima y ejecutar unos 6,4 billones de MIPS (millones de instrucciones por segundo). Pero aun así –y salvando el abismo que diferencia a las máquinas de los seres vivos– comparativamente apenas es nada respecto a la capacidad que tenemos los humanos en nuestras cabezas: el número de impulsos que transmiten y procesan los nervios en el cerebro cada segundo es más o menos una cantidad equivalente.
Fuente Popular Science vía Microsiervos