Cleopatra le apostó a
Marco Antonio que bebería la copa más cara de vino de la historia. Para ello deslizo de su aro una perla y la introdujo en un vaso de vinagre de vino. La perla rápidamente se disolvió y
Cleopatra se bebió el vino ante los atónitos ojos de
Marco Antonio.
Cleopatra no sólo bebió la copa de vino más cara de la historia y gano la apuesta realizada, también ganó el corazón de
Marco Antonio, que se trasladó a
Alejandría.