30/03/2014

La máquina que no hace nada


… aunque para no hacer nada, es bastante elaborada. Su creador es Lawrence Wahlstrom, un relojero retirado, que necesitó unos 15 años hacia 1948 para completarla interconectando mecanismos, ruedas dentadas, cadenas y ejes.

Décadas después se necesitaron otros siete años para recuperar la máquina original, con la que el paso del tiempo había sido implacable. Al igual que el primer día, la máquina no hace nada de nada, y aunque el resultado es precioso, solo sirve para epatar.   

Puede verse en acción en el Craftmanship Museum, donde hay todo tipo de artilugios mecánicos similares.

Fuente: Microsiervos